martes, 3 de mayo de 2011

Una perspectiva del mundo al revés

Vladimir (mira alrededor): No puede describirse. No se parece a nada. No hay nada. Hay un árbol.
Ofl: A veces por la noche cuando no puedo domir, me asomo a la ventana con la luz apagada. Miro hacia ninguna parte en concreto, cierro los ojos y escucho la noche, no oigo voces, no escucho pájaros cantando, pero tampoco hay silencio, sólo un sonido de fondo de algún coche al pasar y su ruidosa sombra que se extiende en la lejanía. Entonces tranformo ese eco lejano en el sonido de las aguas, esas aguas nocturnas de la playa, esa ida y vuelta del mar, esa sensación que acaba transportándome a la cima de un árbol donde el tiempo no pasa. Ahí, en esa cima encuentro el silencio tan solo por un instante, ahí sobre el árbol y como un pájaro, vuelvo abrir los ojos sintiendo como un bosque entero me transporta a otro lugar. Es en ese punto, cuando vuelvo a cerrar los ojos y me acuesto en cama para poder abrirlos nuevamente. Esta noche tendré buenos sueños, esta noche nuevas historias.

Solo a veces, solo a veces de forma fugaz...



Ofl: ¿Tú sola MO? Lo he encontrado insólito, con otro brillo, pero... cuál prefieres: ¿El que es o en el que se ha convertido? Yo iré a la cima del árbol para caer dormida, porque hoy es una de esas noches fugaces en las que un pájaro se come los germinadores que puedan estar a la espalda. Desparasita pequeño, desparasita... 


 
SIEMPRE HAY UN PÁJARO VIGILANTE EN CADA ÁRBOL.


Ofl: ¿Y si el reflejo somos nosotros? Podría ser yo el sueño del que está en la cima haciendo señales de humo...


¿El mundo al revés siendo reflejos? Reflejos sociales, reflejos mentales, reflejos emocionales, reflejos de una "realidad"... Son tantos los reflejos.

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